- Eres mía pequeña.
Y la soltó con fuerza, riendo con desprecio.
Ella lloraba contra el frio y sucio suelo de adoquines, entre ratas y suciedad. Escupia sangre y baba, lágrimas y lamentos. Rasguñaba la pared y nada pero nada la salvaria de él.
El hombre se acercó a una mesa y dispuso a trabajar. Lentamente se sacó la corbata y se arremangó la camisa. La observó una vez más por sobre su hombro izquierdo y tronó con otra carcajada.
Procedió entonces a colocarse un par de guantes de latex y a calentar una marmita al fuego.
- ¿Por dónde deseas comenzar? Vamos pequeña, que no te he hecho nada aún. Miralo desde el punto de vista de alguien que vive hasta ver la muerte presentarse en persona, tienes la posibilidad de charlar, discutir, proponer... me haria muy bien un poco de compañia.
Ella solamente sollozaba.
- Pequeña... lo disfrutarás, verás que si. Eres demasiado joven como para entenderlo. Algún dia me sabrás perdonar y aunque nunca vuelvas a ser la misma, la semilla de la perversión que crecerá en ti no tendrá fin. Serás la princesa, mi reina, para siempre mia.
Y la soltó con fuerza, riendo con desprecio.
Ella lloraba contra el frio y sucio suelo de adoquines, entre ratas y suciedad. Escupia sangre y baba, lágrimas y lamentos. Rasguñaba la pared y nada pero nada la salvaria de él.
El hombre se acercó a una mesa y dispuso a trabajar. Lentamente se sacó la corbata y se arremangó la camisa. La observó una vez más por sobre su hombro izquierdo y tronó con otra carcajada.
Procedió entonces a colocarse un par de guantes de latex y a calentar una marmita al fuego.
- ¿Por dónde deseas comenzar? Vamos pequeña, que no te he hecho nada aún. Miralo desde el punto de vista de alguien que vive hasta ver la muerte presentarse en persona, tienes la posibilidad de charlar, discutir, proponer... me haria muy bien un poco de compañia.
Ella solamente sollozaba.
- Pequeña... lo disfrutarás, verás que si. Eres demasiado joven como para entenderlo. Algún dia me sabrás perdonar y aunque nunca vuelvas a ser la misma, la semilla de la perversión que crecerá en ti no tendrá fin. Serás la princesa, mi reina, para siempre mia.